Eleva su rostro en dirección al cielo,
mientras conversa con algunas estrellas cercanas.
Con timida humildad ofrece sus talentos
desde los visibles hasta los más escondidos,
ante el despierto Publico Celeste.
Divinidad presente
en cada aliento de vida que su cuerpo manifiesta,
aun a pesar de su despreocupación por ello.
De una vez por todas,
su ser se entrega por completo al sentir
dejando entrar a la Gracia del Gran Espíritu
para que obre a través de sus manos,
de sus palabras,
creando.
Que obre también a través de esas cosas
que afanosamente y sin saber por que
quiso aprender o saber.
A veces,
puede reconocerla en él.
A veces puede escucharla en el viento.
A veces la encuentra en la tierra,
en el sonido del agua que fluye
o en el resplandor del sol.
Esta Presencia silenciosa,
es invencible al tiempo y el espacio físico.
Todos los seres existentes son atravesados por ella.
Todos estamos hechos de su misma energia...
Por eso a veces,
aunque solo a veces
podemos oirla.
Dejarnos atravesar por ella
sin temor ni resistencias.
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