sábado, 18 de septiembre de 2010

Unidad Invisible


Se tomó un descanso del tiempo, 
lejos de toda urgencia
para contemplar su creación con guerrero orgullo.

Desenredando historias,
 hiló destino, tejiendo un futuro 
entre letras y algunos lápices azules.


Al Danzar perpetua, se sintio libre
de dejar su huella sagrada sobre la tierra.

Rompiendose el silencio del misterio
pudo escuchar la voz de su espiritu
quebrando corazas, 
destruyendo el cristal idilico del recuerdo.

Alimentó sus deseos 
con nuevos paisajes atemporales.
Besó la mágica alegria de la vida, 
lejos del asecho inerte de las horas.
Tan malgastadas,
 en su pequeña y lenta muerte.

Descubriendo los velos de su pasado,
 esparció luz
purificando aquella inocencia perdida.

Fue sólo entonces, 
cuando conoció su Presencia: 
tan hermosamente biselada ante el brillo del ego,
tan equilibrada en su polaridad.

Entre costuras de sueños y vigilias, 
sonrió feliz.
La apretó en sus manos fuertemente
como el fugaz instante de su Escencia,
y abrazándola con amor,
supo de su Poder.

Invitó a la humildad 
para entregarselo al Gran Espíritu.
Y en el reposo de las aves
recreó su espiritu 
en sutil juego de alquimia.

Había acariciado al fin el destello.
Habia encontrado su Unidad invisible.

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