La luna ha sido testigo de nuestro silencio.
El viento aún esparce sin fronteras los mantras protectores,
que recuerdan la Divinidad escondida entre miedos e incertidumbres.
Tus palabras, conservan la sabiduria de la Unidad perdida
en tiempos en que el vacio y las confusiones
amenazan el presente con su encantador juego de ilusión.
La luz de la luna se vierte distante
reflejándose en las aéreas cortinas de cristal.
Otra vez el viento, sopla sus secretos
invitando a las agathas estáticas
para que inventen su canción de primavera
Bailarán con él, las hojas amarillas de los árboles
aunque ese sea su último danzar...
mientras mueren graciosas por el aire
sin más anhelos ni penas por perdurar.
Vienes a mi,
pero no puedo oirte.
Mi miedo empaña la libertad de tus ojos
impidiendome descubrir la belleza calma de tu espiritu.
Quiero encontrarte,
quiero ser en ti, porque te siento en mi
pero no debo olvidarme que ya no quiero querer...
Amor,
tu que tienes todos los nombres
cuéntame tu secreto....
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